Como todos los seres vivos, las mujeres nos vemos afectadas de manera diferente por las cuatro fases de la luna, que en su órbita alrededor de la tierra expone su superficie iluminada por el sol, apareciendo como luna llena cuando está en oposición al mismo, o como luna negra, cuando expone su superficie oscura, la cual no podemos ver, porque está entre la tierra y el sol.
La investigación del efecto que los ciclos femeninos y lunares tienen en nuestros sentimientos, emociones, pensamientos, impulsos y comportamientos, ha mostrado una correspondencia entre las características de cada una de las cuatro fases de ambos ciclos. Los resultados de estos estudios muestran que, sea con el ciclo de la luna como con nuestro ciclo menstrual, las mujeres vivimos en una transición continua entre cuatro fases en las que nos mueven energías tan diferentes entre sí que en un mes parecemos cuatro mujeres distintas para nosotras mismas y para los demás: